5 Oct. Hoy acabo de recibir un mail de mi amiga Maria Cristina; quiere que me ponga en contacto con Mariel y Rodrigo, una pareja de musicos que tienen un trabajo llamado 'El canto del hombre pajaro'. Por el momento solo sé que se trata de una produccion independiente de 'sonidos ancestrales' -eso fué lo que me dijo Maria-. Interesante, les escribiré y ya veremos que pasa.
5 Oct. Me puse en contacto con Reinaldo Penchulef, el vocalista de la Banda Nativos, le pedi que me mande un demo para publicarlo en Musica Mapuche. Hoy también le escribi a Nelson Lobos, para preguntarle si su pelicula sobre el curandero Ivan Ancaten 'Wall Mapu Kimün' sera exhibida online algun dia. La respuesta fué positiva. El estreno oficial es el 9 de Octubre, poco después -si no hay cambio de planes- podremos verla en internet.
5 Oct. En el mailbox de facebook recibi esto "Hi, Im working on an idea for a documentary about the Mapuche. Im looking for people to talk to, via skype, about the culture, life style, filosofy and politics etc etc. Do you know anybody that would be interested? Thank you for your time. Nadia Silva"Si alguien (que hable ingles) puede ayudarle en algo que no dude en ponerse en contacto con ella.
Publicado el 05-10-2009 por Juan Huichal.
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El poeta mapuche Leonel Lienlaf en Twitter
Sin querer queriendo me encontré al poeta Leonel Lienlaf en Twitter. Acaba de abrir la cuenta y ya tiene 11 followers siguiendole los pasos. En su primer y unico twitteo leemos que 'todavia no sabe como funciona el servicio'. Mi consejo para Leonel y todos los nuevos Twitteros es que "twitter sirve para lo que queramos que sirva y punto, fin de la historia" Con un poquito de buena voluntad y algo de ingenio las posibilidades son infinitas!!
A continuacion invito a todos los que pasen por aqui a dejarle sus ideas y recomendacion al poeta mapuche Leonel Lienlaf sobre la utilidad que podria darle a su cuenta en Twitter, cuando entre todos ya tengamos suficientes se las mandamos al mail leonel.lienlaf@gmail.com y vemos que pasa.
A continuacion invito a todos los que pasen por aqui a dejarle sus ideas y recomendacion al poeta mapuche Leonel Lienlaf sobre la utilidad que podria darle a su cuenta en Twitter, cuando entre todos ya tengamos suficientes se las mandamos al mail leonel.lienlaf@gmail.com y vemos que pasa.
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Apuntes para una lectura de Seducción de los venenos de Roxana Miranda Rupailaf por Felipe Becerra Calderón
Para comenzar a referirme a este libro de Roxana Miranda Rupailaf no puedo sino instalar una carencia como punto de emisión o de partida: mis lecturas de poesía y mitología mapuche son escasas. Por esto, en la presentación que nos convoca, tal vez resulte más intenso el sugerir que el revelar, preferible algún rodeo que el desvelo, un rozar antes que asir. Roxana, por su cuenta, en alguna entrevista ya se ha posicionado como poeta mestiza, definiendo la posible influencia de la poesía mapuche en su escritura como una intermitente y significativa aparición de “ciertos relámpagos” (1). Se emplaza entonces su lengua menor en una zona de frontera (Lotman), terreno de mestizaje, aquella mistura que se halla entre una y otra esfera, entre una y otra página, diríamos, como si su territorio se ubicara en el medianil (aquel espacio blanco de los márgenes interiores del libro) que interviene el síncope entre mapudungun y español.
Escrito por Felipe Becerra Calderón y originalmente publicado en La Comarca
En efecto, estos “ciertos relámpagos” de los que habla Roxana jaspean de bilingüismo su textura, no sólo en cuanto la edición de Seducción de los venenos (Santiago de Chile: LOM, 2009) incorpora la correspondiente versión mapudungun de cada poema, sino más bien porque tal vez ya en el brote de su escritura haya un cohabitar de lenguajes que se confunden. En otras palabras, lo que insinúo es que quizá el bilingüismo de este libro actúe desde un principio como fenómeno cultural antes que como la realización material de su traducción. De este modo, la simbólica figura en la que confluirían tradiciones recaería, acaso, en la serpiente.
Sabemos que, a grandes rasgos, en el relato mítico de origen del pueblo mapuche los hijos rebeldes de la Luna y el Sol, luego de ser muertos por éste, son resucitados en forma de serpiente, Kai Kai Filú, ama de los lagos y los mares. “Esta serpiente maligna que odia a sus padres y a la humanidad es la que provoca la agitación de las aguas, con sus golpes levanta las montañas en que se refugian los hombres” (Foerster 163). Kai Kai Filú es la fuerza maléfica, entonces, representada en forma de serpiente monstruosa y que al agitar sus aguas disipa las costumbres del pueblo mapuche. Sabemos, por otro lado, que en el Génesis el relato mítico de origen incorpora a su vez una serpiente, encarnación animal del Diablo, y que Eva por caer en tentación acarreó con su falta la muerte y el pecado. Desde entonces, en la cultura occidental la figura de la serpiente se nos presenta asociada a la mujer, simbolizando el origen del Mal. De acuerdo a Casanova y Larumbe, es por esta simbolización que “la serpiente debe ser dominada en el mundo de lo sobrenatural y la mujer dominada y vigilada por el varón. Este arquetipo cultural, esta representación social ha impregnado de misoginia sagrada y material el pensamiento occidental durante siglos, convirtiendo a la mujer en instrumento eficaz del Diablo” (29-30).
Pues bien, ya desde el título de esta nueva publicación parece Roxana trabajar y remover, desde ambos polos, el símbolo de la serpiente y su imbricación con el género femenino. En efecto, reluce entre sus páginas un deseo que a cada pulso cobra forma de fluido. Por convocar algún fragmento, cito: “Ay de las aguas gritando/ adentro de tu lengua/ que es tan dentro/ y tan adentro/ de lo espeso en los temblores.// Mordida en lo íntimo de los venenos/ por el placer gritada/ y derramada”. Sangre, saliva, veneno: sugiere su arrebato siempre un desparramo, un derrame de aguas agitadas por causa de un deseo que deviene sin origen ni destino. Por esto, el descontrol enérgico de su deseo pone en peligro los fundamentos morales con que envuelve la regulación biopolítica de los cuerpos. De algún modo, el deseo que atraviesa este libro asume la forma venenosa de la sierpe en cuanto la posición de sujeto femenino asume cierta condición destempladora, caótica y desestabilizadora de aquel sistema que la ideología patriarcal ha impuesto al asociar mujer y pecado. Su devenir sierpe constituye, así, la adopción de la figura maléfica en cuanto estatuto excluyente a fin de resignificarlo como posibilidad de definición autónoma del cuerpo femenino. Dalila, Eva, serpiente bíblica o Kai Kai Filú, la estrategia de resistencia es la misma.
El gesto alcanza mayor intensidad si atendemos a la actual situación de la mujer mapuche en nuestra sociedad. Margarita Kalfío señala que en las organizaciones constituidas principalmente por varones a las mujeres mapuches se les prohíbe generar organizaciones autónomas porque eso atenta contra la integridad del pueblo: “Esto explica el hecho de que la mayoría de las organizaciones indígenas no tengan consideraciones especiales para las mujeres” (449). De este modo, “las condiciones de opresión, comunes a todos los pueblos indígenas, se ven agravados por la condición de género subordinado” (449). Tal emplazamiento en el entramado social chileno me recuerda la teorización que Chela Sandoval planteó en los ochenta como modelo esperanzador de identidad política para las llamadas “mujeres de color” en Norteamérica. Sandoval ponía énfasis en una “conciencia opositiva”, esto es, en una apropiación conciente de la negación, surgida a raíz de la doble postergación que sufría la “mujer de color”. Por ejemplo, una chicana o una mujer norteamericana negra no podía hablar ni en cuanto mujer (por no ser mujer blanca) ni en cuanto chicano o negro (por ser mujer). De igual manera, al parecer, a la mujer mapuche le es doblemente difícil alzar la voz, por no ser blanca y por no ser hombre.
En este sentido, a pesar de declararse mestiza, en Seducción de los venenos Roxana instala un deseo y da lugar a un cuerpo femenino cuya especificidad en nuestra sociedad no halla voz que la articule. Pablo Huirimilla ha apuntado la presencia de cierto “erotismo mapuche” en la poesía de Roxana. No pretendo aquí confirmar ni rechazar el concepto. Más bien, para terminar, quisiera sugerir que con esta obra, y desde su mistura, Roxana incorpora la voz de un cuerpo que ha sido postergado y enmudecido, lo que finalmente constituye una enérgica contribución a la coalición conciente de afinidad y de parentesco político que la mujer mapuche necesita para organizarse.
(1) “La poesía mapuche es la memoria, o sea, yo como poeta mestiza puedo darme cuenta que nunca podría escribir lo que escribe Leonel Lienlaf, Adriana Pinda o Graciela Huinao porque ni siquiera logro imaginarme un mundo que por lenguaje, ya me es ajeno, no tengo las visiones, ni las premoniciones, ni la experiencia de pronunciar un lenguajear que es propio de quienes han crecido bajo una cultura netamente mapuche. En mi caso hay ciertos relámpagos” (González web, énfasis mío).
Escrito por Felipe Becerra Calderón y originalmente publicado en La Comarca
En efecto, estos “ciertos relámpagos” de los que habla Roxana jaspean de bilingüismo su textura, no sólo en cuanto la edición de Seducción de los venenos (Santiago de Chile: LOM, 2009) incorpora la correspondiente versión mapudungun de cada poema, sino más bien porque tal vez ya en el brote de su escritura haya un cohabitar de lenguajes que se confunden. En otras palabras, lo que insinúo es que quizá el bilingüismo de este libro actúe desde un principio como fenómeno cultural antes que como la realización material de su traducción. De este modo, la simbólica figura en la que confluirían tradiciones recaería, acaso, en la serpiente.
Sabemos que, a grandes rasgos, en el relato mítico de origen del pueblo mapuche los hijos rebeldes de la Luna y el Sol, luego de ser muertos por éste, son resucitados en forma de serpiente, Kai Kai Filú, ama de los lagos y los mares. “Esta serpiente maligna que odia a sus padres y a la humanidad es la que provoca la agitación de las aguas, con sus golpes levanta las montañas en que se refugian los hombres” (Foerster 163). Kai Kai Filú es la fuerza maléfica, entonces, representada en forma de serpiente monstruosa y que al agitar sus aguas disipa las costumbres del pueblo mapuche. Sabemos, por otro lado, que en el Génesis el relato mítico de origen incorpora a su vez una serpiente, encarnación animal del Diablo, y que Eva por caer en tentación acarreó con su falta la muerte y el pecado. Desde entonces, en la cultura occidental la figura de la serpiente se nos presenta asociada a la mujer, simbolizando el origen del Mal. De acuerdo a Casanova y Larumbe, es por esta simbolización que “la serpiente debe ser dominada en el mundo de lo sobrenatural y la mujer dominada y vigilada por el varón. Este arquetipo cultural, esta representación social ha impregnado de misoginia sagrada y material el pensamiento occidental durante siglos, convirtiendo a la mujer en instrumento eficaz del Diablo” (29-30).
Pues bien, ya desde el título de esta nueva publicación parece Roxana trabajar y remover, desde ambos polos, el símbolo de la serpiente y su imbricación con el género femenino. En efecto, reluce entre sus páginas un deseo que a cada pulso cobra forma de fluido. Por convocar algún fragmento, cito: “Ay de las aguas gritando/ adentro de tu lengua/ que es tan dentro/ y tan adentro/ de lo espeso en los temblores.// Mordida en lo íntimo de los venenos/ por el placer gritada/ y derramada”. Sangre, saliva, veneno: sugiere su arrebato siempre un desparramo, un derrame de aguas agitadas por causa de un deseo que deviene sin origen ni destino. Por esto, el descontrol enérgico de su deseo pone en peligro los fundamentos morales con que envuelve la regulación biopolítica de los cuerpos. De algún modo, el deseo que atraviesa este libro asume la forma venenosa de la sierpe en cuanto la posición de sujeto femenino asume cierta condición destempladora, caótica y desestabilizadora de aquel sistema que la ideología patriarcal ha impuesto al asociar mujer y pecado. Su devenir sierpe constituye, así, la adopción de la figura maléfica en cuanto estatuto excluyente a fin de resignificarlo como posibilidad de definición autónoma del cuerpo femenino. Dalila, Eva, serpiente bíblica o Kai Kai Filú, la estrategia de resistencia es la misma.
El gesto alcanza mayor intensidad si atendemos a la actual situación de la mujer mapuche en nuestra sociedad. Margarita Kalfío señala que en las organizaciones constituidas principalmente por varones a las mujeres mapuches se les prohíbe generar organizaciones autónomas porque eso atenta contra la integridad del pueblo: “Esto explica el hecho de que la mayoría de las organizaciones indígenas no tengan consideraciones especiales para las mujeres” (449). De este modo, “las condiciones de opresión, comunes a todos los pueblos indígenas, se ven agravados por la condición de género subordinado” (449). Tal emplazamiento en el entramado social chileno me recuerda la teorización que Chela Sandoval planteó en los ochenta como modelo esperanzador de identidad política para las llamadas “mujeres de color” en Norteamérica. Sandoval ponía énfasis en una “conciencia opositiva”, esto es, en una apropiación conciente de la negación, surgida a raíz de la doble postergación que sufría la “mujer de color”. Por ejemplo, una chicana o una mujer norteamericana negra no podía hablar ni en cuanto mujer (por no ser mujer blanca) ni en cuanto chicano o negro (por ser mujer). De igual manera, al parecer, a la mujer mapuche le es doblemente difícil alzar la voz, por no ser blanca y por no ser hombre.
En este sentido, a pesar de declararse mestiza, en Seducción de los venenos Roxana instala un deseo y da lugar a un cuerpo femenino cuya especificidad en nuestra sociedad no halla voz que la articule. Pablo Huirimilla ha apuntado la presencia de cierto “erotismo mapuche” en la poesía de Roxana. No pretendo aquí confirmar ni rechazar el concepto. Más bien, para terminar, quisiera sugerir que con esta obra, y desde su mistura, Roxana incorpora la voz de un cuerpo que ha sido postergado y enmudecido, lo que finalmente constituye una enérgica contribución a la coalición conciente de afinidad y de parentesco político que la mujer mapuche necesita para organizarse.
(1) “La poesía mapuche es la memoria, o sea, yo como poeta mestiza puedo darme cuenta que nunca podría escribir lo que escribe Leonel Lienlaf, Adriana Pinda o Graciela Huinao porque ni siquiera logro imaginarme un mundo que por lenguaje, ya me es ajeno, no tengo las visiones, ni las premoniciones, ni la experiencia de pronunciar un lenguajear que es propio de quienes han crecido bajo una cultura netamente mapuche. En mi caso hay ciertos relámpagos” (González web, énfasis mío).
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Maria Inés Huenuñir Antihuala, la poetiza de versos profundos
(via tropezon.cl, dic 2007) Maria Inés Huenuñir Antihuala, “La poetiza de versos profundos”, avecindada en la Calle Mar Caribe de Pudahuel desde hace más de un año y escritora autodidacta por naturaleza, con dos hermosos libros a su haber, “Más allá de ser Mapuche” editado el 2004 y “Niña del Campo” publicado el 2003, libro finamente terminado y dedicado a su padre y madre biológicos y a la madre tierra, del que destaca una de tantas hermosas frases, la que invita a un momento de reflexión: “Rayituai ñi kimun upekonlu lemu meu”, cuyo significado es “Florecerá mi sabiduría olvidada en los bosques”, verso que nos hace recordara a nuestros adultos mayores.Es de esta manera que la poeta plasma las vivencias y fragmentos del recuerdo cotidiano en sus obras. Sin embargo, para en el vecindario y autoridades locales, pasa desapercibida, no así para organismos internacionales que reconocen ampliamente su talento creador, capaz de a través de un lápiz y un trozo de papel dar vida a un mundo descrito con una sabiduría que invita a soñar.
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Primer Jardin infantil Mapuche
La zona escogida para emplazar el Jardín Infantil fue la comuna de Ercilla, ubicada en la Región de la Araucanía, donde 2 de cada 3 niños viven en situación de pobreza. Se tomó como punto de partida la progresiva pérdida cultural de este pueblo y la necesidad de integrar su sistema de vida con la reforma educacional.
SANTIAGO, octubre 2.- Tomando en cuenta la necesidad de preservar las raíces y costumbres del pueblo mapuche a través de las nuevas generaciones, las alumnas de cuarto año de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Mayor, Isidora García, María Catalina Razazi y María Paz Ortiz, proyectaron el primer Jardín Infantil para niños de esta etnia.
Noticia publicada en Terra Networks Chile
El proyecto, ganador del segundo lugar del concurso Nacional de Arquitectura ChilEduca, tomó como punto de partida la progresiva pérdida cultural de este pueblo y la necesidad de integrar su sistema de vida con la reforma educacional que lleva a cabo el Ministerio de Educación.
Según la encuesta “Identidad y Discriminación en Adolescentes Mapuches” aplicada por UNICEF, más del 60% de los niños sondeados no habla mapundungún, mientras que el 40% restante, sólo conoce algunas palabras de este idioma. Esto motivó a las jóvenes a tomar la integración intercultural a nivel de infantes como piedra angular de su proyecto.
La zona escogida para emplazar el Jardín Infantil fue la comuna de Ercilla, ubicada en la Región de la Araucanía, donde 2 de cada 3 niños viven en situación de pobreza: “Ercilla es un lugar con una gran oportunidad de integración en el aprendizaje infantil, ya que posee una población de 643 habitantes, dentro de los cuales el 63.3% pertenece a la cultura mapuche, de ellos el 15% corresponde a niños entre 0 y cuatro años”, aseguran.
Para entrelazar ambas culturas y generar una real integración, las estudiantes tomaron la ruca como elemento inspirador. De ella rescataron como componentes fundamentales el fogón, que representa el centro de la vida familiar, y la forma en la que se relacionan con la naturaleza, que está dada por la materialidad de la ruca.
Asimismo, la alumnas proyectaron un “bosque interno” en la sala a través de la incorporación de vigas de madera reciclada, que se disponen alrededor del fogón.
El contorno de la sala se proyectó en hormigón, madera y vidrio. La idea es proveer al espacio de una piel transparente que permita la integración con el entorno.
El techo del proyecto es aún más orgánico y tiene la característica de interpretar las orientaciones para obtener la mejor captación de energía solar, lo que se traduce en una mayor luminosidad y mantención del calor al interior de la sala. “Este es un proyecto sumamente respetuoso del entorno, utiliza materiales del lugar y aprovecha todos los elementos que le da la naturaleza. Por ello, es un proyecto muy económico, lo que llamó la atención de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI, que pretende construirlo en el mediano plazo”, señala Jorge Hoehmann, el profesor a cargo del proyecto.
La sala está proyectada en 360 metros construidos de un total de 560: “Estimamos que la construcción tiene un valor de 20 UF por metro cuadrado, lo que lo hace muy atractivo para la JUNJI”, explica el docente.
El primer lugar de este concurso lo obtuvo el Proyecto Jardín Infantil y Sala Cuna Chanco, Comuna de Cerro Navia, Región Metropolitana, presentado por la Universidad del Desarrollo, con los alumnos Agustín Vásquez Hidalgo y Franco Modolo Dezúlovic.
SANTIAGO, octubre 2.- Tomando en cuenta la necesidad de preservar las raíces y costumbres del pueblo mapuche a través de las nuevas generaciones, las alumnas de cuarto año de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Mayor, Isidora García, María Catalina Razazi y María Paz Ortiz, proyectaron el primer Jardín Infantil para niños de esta etnia.
Noticia publicada en Terra Networks Chile
El proyecto, ganador del segundo lugar del concurso Nacional de Arquitectura ChilEduca, tomó como punto de partida la progresiva pérdida cultural de este pueblo y la necesidad de integrar su sistema de vida con la reforma educacional que lleva a cabo el Ministerio de Educación.
Según la encuesta “Identidad y Discriminación en Adolescentes Mapuches” aplicada por UNICEF, más del 60% de los niños sondeados no habla mapundungún, mientras que el 40% restante, sólo conoce algunas palabras de este idioma. Esto motivó a las jóvenes a tomar la integración intercultural a nivel de infantes como piedra angular de su proyecto.
La zona escogida para emplazar el Jardín Infantil fue la comuna de Ercilla, ubicada en la Región de la Araucanía, donde 2 de cada 3 niños viven en situación de pobreza: “Ercilla es un lugar con una gran oportunidad de integración en el aprendizaje infantil, ya que posee una población de 643 habitantes, dentro de los cuales el 63.3% pertenece a la cultura mapuche, de ellos el 15% corresponde a niños entre 0 y cuatro años”, aseguran.
Para entrelazar ambas culturas y generar una real integración, las estudiantes tomaron la ruca como elemento inspirador. De ella rescataron como componentes fundamentales el fogón, que representa el centro de la vida familiar, y la forma en la que se relacionan con la naturaleza, que está dada por la materialidad de la ruca.
Asimismo, la alumnas proyectaron un “bosque interno” en la sala a través de la incorporación de vigas de madera reciclada, que se disponen alrededor del fogón.
El contorno de la sala se proyectó en hormigón, madera y vidrio. La idea es proveer al espacio de una piel transparente que permita la integración con el entorno.
El techo del proyecto es aún más orgánico y tiene la característica de interpretar las orientaciones para obtener la mejor captación de energía solar, lo que se traduce en una mayor luminosidad y mantención del calor al interior de la sala. “Este es un proyecto sumamente respetuoso del entorno, utiliza materiales del lugar y aprovecha todos los elementos que le da la naturaleza. Por ello, es un proyecto muy económico, lo que llamó la atención de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI, que pretende construirlo en el mediano plazo”, señala Jorge Hoehmann, el profesor a cargo del proyecto.
La sala está proyectada en 360 metros construidos de un total de 560: “Estimamos que la construcción tiene un valor de 20 UF por metro cuadrado, lo que lo hace muy atractivo para la JUNJI”, explica el docente.
El primer lugar de este concurso lo obtuvo el Proyecto Jardín Infantil y Sala Cuna Chanco, Comuna de Cerro Navia, Región Metropolitana, presentado por la Universidad del Desarrollo, con los alumnos Agustín Vásquez Hidalgo y Franco Modolo Dezúlovic.
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Banda Nativos rock Mapuche
La banda nativos se formó en abril del 2008 y esta compuesta por 8 músicos de la comuna de Galvarino, IX Región de la araucanía, Chile. Esta banda crea sus propios temas buscando mezclar la música de dos culturas, realizando una fusión entre lo que es el rock -o mas bien- música occidental y lo que es la música mapuche, representando nuestro sentir al estar viviendo en un lugar donde esta fusión se vive todos los días. Tratamos de crear melodías entretenidas para escuchar y así transmitir un poco de esta profunda y riquísima cultura. Ir al Myspace de la banda
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